El testimonio - Encerraba las cabras cuando el maestro llegaba El maestro Muñoz venía a casa cada semana dos veces. Él ya era mayor, y muy buena persona; y nosotros éramos unos zagalillos, que sólo pensábamos en ir a jugar por ahí. Nos enseñaba a mi hermana mayor y a mí. Yo tendría ocho o nueve añillos, y mi hermana mayor diez u once. Yo escribo y leo, pero no aprendí como se aprende hoy. Yo me acuerdo que cuidaba unas cabritas que tenía mi padre, y cuando el maestro venía tenía que salir a encerrarlas, hasta que me diera la lección. Mis padres le pagaban con dinero y con cosas. Porque entonces se cobraba ná y menos. Cuando yo me licencié, en 1945,
Etiqueta: Playa de los Alemanes
Si se iba un maestro, venía otro
El testimonio - Cuando se iba un maestro, venía otro. Aprendió con el maestro Antonio Cortés, entre otros. En mi tiempo no había escuela. Dicen que antes de la guerra sí había. Los maestros que venían por allí no tenían título. Lo poquillo que sé lo aprendí con ellos. El primer maestro que tuve se llamaba Antonio Cortés. Tendría yo 10 ó 12 años. Con él aprendí más, porque estuve más tiempo. Él tenía en su casa un cuartillo donde nos reunía a seis o siete chiquillos por las tardes (después de cuidar el ganado). Ya por último se dedicaba a ir a las casas: donde nosotros, donde un primo mío... A las niñas también les daba clases. Cortés se puso viejo y dejó
Cuando tuvo hijos entendió la decisión de su madre
El testimonio - Una vecina les daba clases en la escuela ermita de El Realillo. Cuando tuvo hijos entendió la decisión de su madre. En Los Boquetillos había siete vecinos. Allí vivía un hombre a quien llamábamos Curro el Maestro o Curro El Pequeño. Por algún motivo, nosotras no aprendimos con él. La gente fue emigrando y cuando mis padres se vieron solos, hacia el año 70, se trasladaron a La Gloria. Cuando yo era pequeña ya estaba la Escuela Hogar en Tarifa. Muchas niñas y niños de mi edad, entre ellos algunos primos míos, fueron a estudiar allí. Los padres los llevaban en caballo o en burro, como podían, hasta San José del Valle, y de allí llegaban en autobús público a