En 1939 el maestro de campo Diego Lozano Meléndez es detenido en La Ahumada (Tarifa), donde estaba escondido desde el inicio de la guerra. Varios vecinos del lugar son acusados de socorrerle, encarcelados e interrogados. El 3 de enero de 1939 la Guardia Civil detuvo a Diego Lozano, Diego el de los Canastos, en el monte de La Ahumada (Tarifa) , oculto en un abrigo en Hoyo Quintero. Allí mismo hallaron dos colchones, ropa, unas alpargatas, enseres de cocina y tabaco. Diego Lozano Meléndez, hijo de Francisco y Sebastiana, había nacido en Tarifa, tenía sesenta años, estaba casado y vivía separado de su esposa desde 1914. Era considerado "de ideas extremistas y peligroso, huido al iniciarse el movimiento nacional". Tras su interrogatorio Diego firmó una declaración donde
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Varios maestros de campo suyos eran republicanos
El testimonio - El maestro Juan había luchado en zona republicana. Complementada sus ingresos haciendo fideos. Hubo uno al que llamaban La Valenciana, que era muy gordo. Daba clases a chicos mayores que yo; sería a primeros de los cuarenta. Vino luego un maestro llamado Miguel Sánchez, que era de fuera. Tenía yo entre 8 y 10 años (entre 1946 y 1948). Se alojaba en una casa de Pedro Serrano, de piedra y techado de palma. Pedro tenía un ventorrillo en La Ahumada y no le cobraba nada. Allí en la casa tenía mesas y sillas, y nosotros íbamos de noche, como otros niños, para la clase. Miguel desapareció y vino un tal Juan, que había sido teniente de aviación cuando la
Los vecinos ayudaban a Diego el de los Canastos cuando estaba escondido
El testimonio - Los vecinos ayudaban al maestro Diego el de los Canastos mientras estaba escondido. Un tío suyo estuvo preso por auxiliarle. Yo no llegué a conocer bien a Diego. Era muy pequeñito y tengo un recuerdo muy lejano, pero mis padres y mis tíos me contaron que se escondía en una cueva porque estaba juído de cuando la guerra, y lo buscaban; tú sabes que unos venían de un lado y otros de otro lado. Algunos le decían La Cueva de Diego y otros La Cueva del Tío. Era una piedra en visera, y delante hizo él un muro para resguardarse del frío y la lluvia. Allí dormía él, sobre unos helechos. El nombre de la cueva se lo pusieron cuando
Aprendió con los maestros de campo Francisco Salmerón y Andrés Señor
El testimonio - Aprendió con los maestros de campo Francisco Salmerón y Andrés Señor Mi maestro se llamaba Francisco Salmerón y venía a casa un día sí y otro no. Yo ya era algo mayor cuando mi padre nos lo puso. Él era de Granada, y cuando llegaba a casa decía muy ligero, “bueenos diías; sentarse ustedes”. Nosotros, como no habíamos visto a nadie que hablara diferente, pensábamos, “¡qué bien dice el maestro los buenos días!”. El maestro nos ponía cuentas en la pizarra (porque nos equivocábamos mucho), al otro día no venía, y al siguiente nos repasaba la tarea. O nos ponía en la parte de arriba de un cuaderno, “aprenderé a ayudar a mi padre”, o “vale más el saber que
El maestro Lorenzo Vázquez Zardain en la memoria de los hermanos Casas Villalba
El testimonio - Los hermanos Casas Villalba recuerdan con afecto a su maestro de campo, Lorenzo Vázquez Zardain. Tuvimos un maestro que venía a darnos clases a casa todos los días. Se llamaba don Lorenzo Vázquez Zardain, tendría unos cincuenta años o más en esas fechas, y venía de Madrid. Entre 1949 y 1955 recibí clases de él (desde que tenía unos 5 años hasta los 10). Lorenzo tendría unos cincuenta años. Era un señor muy alto y fuerte, bien educado y muy inteligente. Él iba dando clases por varias casas o fincas, haciendo un recorrido de uno o dos días. No tenía casa propia: comía y le daban cobijo donde le pillaba la noche. En cada casa se le pagaba algo por