Varios documentos escritos nos dejan constancia del compromiso de Juan García Domínguez por la educación, así como de la represión que sufrió por manifestar sus ideas. Juan José García Domínguez fue maestro nacional de la Escuela Pública de Facinas nº 1, al menos entre el curso 1930-1931 y julio de 1936. En estos años, las condiciones materiales de las escuelas eran penosas, y Juan no fue el único maestro que, tras reiteradas solicitudes de reforma del edificio, decidió suspender las clases. El 6 de mayo de 1936 (siendo alcalde Amador Mora Rojas, y antes del golpe de estado que desembocó en la guerra de 1936-1939) se dirigió por escrito al presidente del Consejo Local de Enseñanza Primaria de Tarifa: “(...) como hace
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Si se iba un maestro, venía otro
El testimonio - Cuando se iba un maestro, venía otro. Aprendió con el maestro Antonio Cortés, entre otros. En mi tiempo no había escuela. Dicen que antes de la guerra sí había. Los maestros que venían por allí no tenían título. Lo poquillo que sé lo aprendí con ellos. El primer maestro que tuve se llamaba Antonio Cortés. Tendría yo 10 ó 12 años. Con él aprendí más, porque estuve más tiempo. Él tenía en su casa un cuartillo donde nos reunía a seis o siete chiquillos por las tardes (después de cuidar el ganado). Ya por último se dedicaba a ir a las casas: donde nosotros, donde un primo mío... A las niñas también les daba clases. Cortés se puso viejo y dejó
Los vecinos daban alojamiento a los maestros
El testimonio - Para que se quedaran en la zona, los vecinos daban alojamiento a los maestros de campo. Mi marido, Andrés Iglesias Gallego (que nació en 1941) aprendió con otro maestro que se llamaba Antonio Cortés y vivía por allí. Yo lo conocí de niña, y él era ya mayor. Cuando Navarrete ya no daba clases por Bolonia, Cortés daba clases por las noches a los niños y jóvenes, cuando venían del campo de cuidar los cochinos o lo que fuera. Mi marido y otros aprendieron con él hacia 1955, y le hacían muchísimas perrerías; las cosas de los niños... Se llamaba Antonio Cortés Ripoll, y decía que había sido carabinero antes de la guerra y después pasó a la Guardia
José Tejado Navarrete llegó a Bolonia para hacer el servicio militar
El testimonio - José Tejado Navarrete llegó a Bolonia para hacer el servicio militar. Mi hermano y yo aprendimos con un maestro de campo que se llamaba José (Pepe) Tejado Navarrete. Pepe vino a hacer la mili a Punta Camarinal hacia 1943-44. Coincidió allí con un tío mío. De sábado a lunes, los soldados se venían a las casas, y como él no tenía familia, se venía a lo de mi abuela o a lo de mi tío. Era una persona maravillosa y nosotros lo queríamos como familia. Sabía mucho y estaba muy bien educado, el pobre. Cuando terminó la mili se quedó en La Gloria y se dedicó a darnos lección a los niños. En El Chaparral, Bolonia, El Pulido, El
Su hermano estudiaba la enciclopedia bajo un peral
El testimonio - Estudió en una escuela religiosa, en una particular, y con maestro de campo. Su hermano estudiaba la enciclopedia bajo un peral. En Tarifa, primeramente estuve en el colegio de las monjas. Cuando hice la comunión, con ocho años, pasé al colegio particular de don José el Gordo, que enseñaba muy bien. Allí estuve unos seis años. Éramos una pila de niños estudiando con él. En la escuela nacional estuve poco tiempo. El primer maestro que yo tuve al llegar al campo fue Antonio López, que le decían Requena. Nos daba lección en su casa por las noches. Unos llegaban a caballo y otros íbamos montados en burro, pero eso no lo tenía todo el mundo. Yo conocí por allí a