El testimonio - Buscó trabajo en El Chaparral, donde sabía que había un maestro. Mis padres sabían leer y escribir; ellos contaban que habían tenido un maestro de campo en Caña Jara. Todos los hermanos, varones y hembras, aprendimos con maestro de campo, menos el más chico, que estuvo en una escuela rural cerca de San José del Valle llamada Las Moscas. Un hermano mío no quería maestro, y aprendió muy poquito. Yo con quince años no sabía poner ni mi nombre. Estaba guardando cabras en un cortijito más arriba y me puse en treitaiuna con mi padre: “yo aquí no me quedo, donde quiera que haya un maestro, yo me voy allí”. Una hermana mía estaba casada con un hijo de un
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Alfonso Santander Castilla, maestro ambulante
El testimonio - Trabajó como maestro ambulante para las familias de la finca de El Pedregoso. Cuando tenía 28 años el cura me dijo que quería que fuera de maestro a la finca de El Pedregoso. "Me han dicho que tú puedes enseñarles y quiero que les prepares para la comunión". Y estuve allí hasta 1972; cuatro años, enseñando a leer y escribir al tiempo que les enseñaba religión. Yo conocía ya a Ventura Rebolo, el guarda de la finca, y a las familias donde iba a enseñar, porque en el tiempo del racionamiento mi padre repartía las raciones del pan en Facinas, y guardaba las raciones de la gente del campo, que no podían venir en el horario del reparto. Estas familias
Francisco Sánchez Vite, maestro escuela de El Algar (Medina Sidonia)
El testimonio - Su tío Francisco Sánchez Vite fue maestro sin título en una escuela de El Algar gestionada por pequeños propietarios. Mi tío Francisco Sánchez Vite era el hermano más chico de mi madre. Nació en Vejer. Mi madre y sus hermanos fueron a la escuela, . En la guerra le cogieron preso, como cogieron a tantísima gente; mi madre no me explicó más. Cuando salió libre, volvió a Vejer y se casó con una hermana de mi padre a quien ya hablaba. Por eso somos primos por las dos partes. Él se fue a trabajar como maestro escuela a El Algar, un pueblecito a la vera de Medina Sidonia. Él no tenía carrera, pero sabía muchísimo. Cuando me quedé sin madre, con
Aprendió con los maestros de campo Juan Ruiz y Pozo, en una escuela ermita
El testimonio - Aprendió con los maestros de campo Juan Ruiz y Pozo, en la escuela ermita de la finca de El Chaparral. Con Pozo preparó el examen de acceso a la Guardia Civil. El padre Míguez compró la ermita en nombre del obispado. Entonces era una casa de techo de palma y barrón, los vecinos la arreglaron y se empezó a usar también como escuela. Fue Juan Ruiz, que tenía muy buena preparación, el primero que enseñó en la ermita de El Chaparral (1962 a 1965). Juan también estuvo dando clases en la escuela del cortijo de El Aciscar, a los niños de los sirvientes. En la escuela ermita enseñó después el maestro Pozo. Yo estuve con él hasta 1967; me preparó para
Aprendió con su padre y con los maestros Ángel Morando y José Tejado Navarrete
El testimonio - Aprendió con su padre, y con los maestros de campo Ángel Morando (en su casa) y José Tejado Navarrete (en una casa escuela). Todos fuimos recogidos por Elena la comadrona, que llegaba a cada casa; pero nos decían que a los niños los traía la cigüeña. Cuando nos íbamos haciendo mayores, les ayudábamos a cortar, a coger cojollos (de palma), segar... a todo lo que se hacía en el campo a mano. Porque aquí no podían entrar las máquinas, salvo a lo último, para trillar; pero a cosechar no. Mis hermanas ayudaban también, y se hacían cargo de los pavos; y la hermana más chica de las cabras. Mis padres sabían leer y escribir. Habían aprendido con maestros rurales. A