El testimonio - Necesidad de escuelas rurales en La Costa En esos años llovía mucho. Yo no tenía coche; y como yo, ningún vecino del campo. Había que venir en burro. En Cuatro Caminos (entrando por el km 90) tenían que haber hecho una escuela para los niños de esta zona. Si hubieran hecho ahí una escuela, servía para La Costa y para Arroyo Viña. Hubieran estado mejor los niños, y los maestros también. Mi primer hijo nació en 1961. Fue al internado de la Huerta del Rey (Residencia Escolar), pero no le gustaba. Se llegaba a Tarifa montado en un burro. Llegaba lleno de barro, y mi madre, que estaba en Tarifa, le tenía preparada ropa limpia. Cuando lo prepararon para hacer la primera
Etiqueta: burro
Juan Mena enseñó por La Costa desde principios del siglo XX
El testimonio - Juan Mena enseñó por La Costa desde principios del siglo XX hasta que era anciano Mi madre firmaba algo. Ella nació en 1904 y tendría 8 ó 10 años cuando aprendía con Juan Mena; hacia 1912. Mis tías aprendieron más que ella; no sé si es que mi madre era mala, o tenía que bregar más en la casa por ser la mayor. Un hermano que tenía, el tío Perico, no sabía ni firmar. Mena nos daba lección a mí y a mi hermano mayor. Sería hacia 1940, 1942. Yo era muy malo para la lectura, y mi hermano era todo lo contrario. Cuando cogíamos los animales, yo le tiraba el libro porque quería jugar. Y mi hermano, si tenía
Cuando tuvo hijos entendió la decisión de su madre
El testimonio - Una vecina les daba clases en la escuela ermita de El Realillo. Cuando tuvo hijos entendió la decisión de su madre. En Los Boquetillos había siete vecinos. Allí vivía un hombre a quien llamábamos Curro el Maestro o Curro El Pequeño. Por algún motivo, nosotras no aprendimos con él. La gente fue emigrando y cuando mis padres se vieron solos, hacia el año 70, se trasladaron a La Gloria. Cuando yo era pequeña ya estaba la Escuela Hogar en Tarifa. Muchas niñas y niños de mi edad, entre ellos algunos primos míos, fueron a estudiar allí. Los padres los llevaban en caballo o en burro, como podían, hasta San José del Valle, y de allí llegaban en autobús público a
Su maestro, Pepe Rondón, llegaba por las mañanas en un burro
El testimonio - Su maestro, Pepe Rondón, llegaba todas las mañanas desde Facinas en un burro La sierra del Cobujón de Las Corzas estaba acotada, pero nosotros metíamos allí las cabras, hasta que ya los guardias empezaron a denunciarlas. Mi madre tenía las cabras para poder vivir de otra manera y no podía quitarlas. Durante un año o dos las llevábamos a diario a Ojén, cerca de dos horas de camino, porque eso no estaba acotado. Nos poníamos tocas: un día venía mi hermana con mi madre, otro día yo, que tenía diez u once años, y otro mi otra hermana. Mi padre padecía de asma y no podía andar mucho. Hasta que un hombre llamado Juan El Chivero dejó una casa libre
Aprendió a leer observando las clases dirigidas a otros
El testimonio - Aprendió a leer observando durante las clases destinadas a los chicos de la casa donde servía. Cuando murió mi madre, mi padre se quitó de en medio y a nosotros nos repartieron. Yo me quedé con mi abuela, y a los ocho años ya me pusieron a servir en una casa de La Ahumada, cuidando niños chicos. Me vine a servir a una casa de Matatoros con diez años. Y con once años, hacia 1948, me fui a otra de Arroyo Viñas donde tenían muchos hijos, seis o siete varones y dos hembras. No ganaba nada; estaba nada más que por la comida. Mucho trabajo y ya está; eso es lo que había. Y ahí me quedé hasta que