El maestro Rosillas, hijo de Juan Otero y Antonia Ropero, había nacido en la cortijada de Las Ramiras (Córdoba) un 10 de diciembre de 1909. Huérfano de padre a temprana edad, le tocaría vivir la primera mitad del siglo XX en toda su crudeza. De profesión peonero, de ocupación maestro, de vocación un hombre volcado hacia el trabajo y el saber; comprometido con su tiempo, enemigo de las injusticias y las sinrazones. Mantuvo siempre la convicción de que el conocimiento conllevaba la liberación del individuo. Exigente para sí mismo y para los demás, con su destino y con la vida. Apareció en el vecindario de Las Cabreras ya entrado en años. Había pasado la guerra luchando en el bando republicano, había
Enseñanza en otros lugares
Comandancia de Prado del Rey (Cádiz) informa sobre Maestros Ambulantes (1939)
En cumplimiento a su atento oficio fecha 1 del actual en el que dice manifieste a ese Juzgado Militar los nombres de los vecinos de esta villa que durante los 10 últimos años han salido de esta plaza con carácter de Maestros ambulantes y lugares por donde éstos actuaron, honrome participar la respetable autoridad de V.S. que de las diligencias practicadas por el que suscribe y fuerza de este puesto, se ha podido comprobar que el vecino de ésta, ANDRÉS PICHACO BLANCO, huido al campo enemigo en los primeros días del Glorioso Movimiento Nacional, recorría los términos de Morón de la Frontera y Montellano (Sevilla) y La Sauceda (Málaga) dando lecciones como maestro ambulante; MARIANO FERNÁNDEZ MENA, desaparecido, recorría este
Reconocimiento a maestros ambulantes en Jerez (1910)
Sesión Municipal del 1 de abril de 1910 en Jerez de la Frontera (Cádiz). Oficio de la Presidencia de la Junta provincial de Instrucción pública sobre la creación de una escuela en el barrio rural de El Mimbral. "(...) El señor R. explica las gestiones practicadas a este objeto y alude a la ley de 1857, todavía incumplida por lo que se refiere al número de escuelas. En la sesión celebrada recientemente para la clasificación de los mozos del actual reemplazo, de 447 mozos, 207 eran analfabetos; y dice que el Estado, la provincia, el municipio y las personas pudientes deben preocuparse de este grave problema. Dedica grandes elogios al señor Conde de Torres Díaz por su generosidad sosteniendo escuelas en su finca de La
La escuela de Sargentes (Burgos) y su maestro en 1851
Descrita por Andrés Manjón en su libro "Cosas de antaño contadas ogoño; Memorias de un estudiante de aldea" (Granada, 1921) Tenía Sargentes una modesta casita para escuela de niños y niñas, que ocupaba el piso bajo, dejando el principal para el señor maestro y su familia. Esta escuela estaba dotada con fincas del pueblo, cuya renta, destinada para el maestro, ascendía a 18 fanegas de pan mediao, y cuyas tierras, vendidas por el Estado desamortizador, valieron 9.000 pesetas. Esas tierras eran legados de almas piadosas, con encargo de que el maestro y los niños rezaran por ellas. La habitación destinada a casa estaba en bajo y tenía por suelo la tierra, que por ser polvorienta, cubrieron con lanchas los vecinos; por