El testimonio - A cambio de criarle una collera de conejos Tengo bastantes recuerdos de don Fausto Ruíz Galán. Era un hombre bajito y con barba. Se desplazaba por los campos en una yegua que le dejaban los señores del cortijo de Villalvega, donde se alojaba. Allí tenían ganadería brava. Recuerdo que todas las clases las daba de memoria; nunca lo vi guiándose por un libro. Nos enseñaba a leer con los libros de aquel entonces y si algunos de los alumnos no lo sabíamos, nos cogía de la patilla. Los sábados no nos daba cuentas; lo sábados sólo enseñaba el catecismo. En la casa donde vivía el cabrero, en la dehesa El Hornillo, del término municipal de Arcos de la Frontera (Cádiz),
Enseñar
Juan Mena enseñó por La Costa desde principios del siglo XX
El testimonio - Juan Mena enseñó por La Costa desde principios del siglo XX hasta que era anciano Mi madre firmaba algo. Ella nació en 1904 y tendría 8 ó 10 años cuando aprendía con Juan Mena; hacia 1912. Mis tías aprendieron más que ella; no sé si es que mi madre era mala, o tenía que bregar más en la casa por ser la mayor. Un hermano que tenía, el tío Perico, no sabía ni firmar. Mena nos daba lección a mí y a mi hermano mayor. Sería hacia 1940, 1942. Yo era muy malo para la lectura, y mi hermano era todo lo contrario. Cuando cogíamos los animales, yo le tiraba el libro porque quería jugar. Y mi hermano, si tenía
Enseñó a los niños y niñas en una ermita escuela
El testimonio - Trabajó como maestra en una ermita escuela Desde que murió mi padre, con 45 años (hacia 1953) mi madre y yo salimos adelante como podíamos. El padre Valenzuela vivía en Bolonia y trabajaba en Bolonia, El Chaparral y La Gloria. Todas las semanas le dejaban un caballo para venir a la ermita de La Gloria a dar misa. Nosotros bajábamos a misa semanalmente, y el padre, que sabía que yo había aprendido bien con José Tejado Navarrete, me propuso que trabajara enseñando en la ermita. Él me pagaba creo que 500 pesetas al mes. Enseñé a los chavales de Las Cumbres, La Gloria y El Realillo. Algunos venían andando a diario unos pocos de kilómetros. Desde las nueve o diez de
Vida del maestro Fausto Ruiz Galán
El testimonio - Se retiró del ejército por motivos de conciencia. Trabajó catorce años como maestro ambulante. Mi padre, Fausto Ruiz Galán, nació en Almonte (Huelva), en 1919. Su madre venía de Cáceres y su padre, que era sargento de Carabineros, de Salamanca. Él tenía dos hermanas. Su madre murió con 29 años, cuando él tenía unos nueve años, y su padre se casó otra vez. Como marginaban a los hijos de la primera madre, y él se fue a trabajar al campo con el ganado. Cuando vieron que era inteligente le mandaron un colegio religioso de Huelva, donde hizo el bachillerato. Con 16 para 17 años empezó la Guerra Civil y le mandaron a filas con el bando “nacional”, formando parte de
Entre los trabajadores había mucho interés en aprender
El testimonio - Entre los trabajadores había mucho interés en aprender. Y los padres aprendían con los hijos. Yo cobraba poquito. Había familias que no podían, y uno se daba cuenta. Facilidades se daban todas las que se podían, eso sí; porque nosotros venimos de casta pobre. Pero a mí no me faltó de comer. Yo no llevaba comida en la mochila. Allí donde llegara, de día o de noche, se reunían todos los chicos y chicas de las casas cercanas, desde los pequeños de cinco, siete, ocho ó nueve años. La familia de los Lara y la familia de Los Moritos, que tenían once o doce hijos. Más para arriba los Romero, y unos de apodo Nuflo (donde había diez u