El testimonio - La escuela rural de Bolonia antes de la guerra Había en Bolonia una escuela rural antes de la guerra. Yo conocí tres maestros: don Eugenio, don José y don Javier. Algunos venían con una madre o con una hermana, que vivía con ellos. La escuela era un salón para dar las clases, un dormitorio y una cocina. De mi casa a la escuela íbamos andando. Mi madre me dejaba ir con los tres hermanos Berbejo, hijos de un carabinero. Entonces no había guardería y los niños entraban en la escuela con cinco años. Éramos de todas las edades, y lo mismo niños que niñas. Íbamos los hijos de los guardias civiles y del teniente, y los de los pescadores, que entonces
Autor: memoriaoral
Madrugaba para recibir clases antes de ir con el ganado
El testimonio - Su hermano madrugaba para recibir clases antes de ir con el ganado. La tierra y el cortijo de San José la arrendábamos por poco dinero. Tenía una presa con un grifo para coger agua. Había cabras, cerdos y vacas. Ya eso lo han vendido; nos engañaron y perdimos los derechos. Hace poco he estado allí, ¡y me dio una sofocación...! Nosotras ayudábamos en lo que hacía falta: con las vacas, recoger la leña para amasar y para la candela, lavar... de todo. Muñoz era nuestro maestro. A mi hermana la que está en Barcelona, la enseñó muy bien. Otras hermanas aprendimos un poquillo. Yo tenía ocho o diez años, y escribía, leía y hacía cuentas. Como el maestro se quedaba a
Encerraba las cabras durante la clase
El testimonio - Encerraba las cabras cuando el maestro llegaba El maestro Muñoz venía a casa cada semana dos veces. Él ya era mayor, y muy buena persona; y nosotros éramos unos zagalillos, que sólo pensábamos en ir a jugar por ahí. Nos enseñaba a mi hermana mayor y a mí. Yo tendría ocho o nueve añillos, y mi hermana mayor diez u once. Yo escribo y leo, pero no aprendí como se aprende hoy. Yo me acuerdo que cuidaba unas cabritas que tenía mi padre, y cuando el maestro venía tenía que salir a encerrarlas, hasta que me diera la lección. Mis padres le pagaban con dinero y con cosas. Porque entonces se cobraba ná y menos. Cuando yo me licencié, en 1945,
Necesidad de escuelas rurales en La Costa
El testimonio - Necesidad de escuelas rurales en La Costa En esos años llovía mucho. Yo no tenía coche; y como yo, ningún vecino del campo. Había que venir en burro. En Cuatro Caminos (entrando por el km 90) tenían que haber hecho una escuela para los niños de esta zona. Si hubieran hecho ahí una escuela, servía para La Costa y para Arroyo Viña. Hubieran estado mejor los niños, y los maestros también. Mi primer hijo nació en 1961. Fue al internado de la Huerta del Rey (Residencia Escolar), pero no le gustaba. Se llegaba a Tarifa montado en un burro. Llegaba lleno de barro, y mi madre, que estaba en Tarifa, le tenía preparada ropa limpia. Cuando lo prepararon para hacer la primera
Juan Mena enseñó por La Costa desde principios del siglo XX
El testimonio - Juan Mena enseñó por La Costa desde principios del siglo XX hasta que era anciano Mi madre firmaba algo. Ella nació en 1904 y tendría 8 ó 10 años cuando aprendía con Juan Mena; hacia 1912. Mis tías aprendieron más que ella; no sé si es que mi madre era mala, o tenía que bregar más en la casa por ser la mayor. Un hermano que tenía, el tío Perico, no sabía ni firmar. Mena nos daba lección a mí y a mi hermano mayor. Sería hacia 1940, 1942. Yo era muy malo para la lectura, y mi hermano era todo lo contrario. Cuando cogíamos los animales, yo le tiraba el libro porque quería jugar. Y mi hermano, si tenía